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     El sábado 1 de Junio de 2002, era el día elegido para la celebración del día de las Fuerzas Armadas, y el escenario no iba a ser otro que la Base Aérea de Talavera La Real (Badajoz), para, al mismo tiempo, aprovechar para celebrar el hito de las 125.000 horas de vuelo de F-5, alcanzado el pasado día 19 de Abril de 2002. Con este motivo, se descubriría una placa conmemorativa al final de la jornada.

    
A modo de breve reseña histórica, decir que la Escuela de Reactores de Talavera la Real, en Badajoz, fué creada el 10 de Diciembre de 1953, siendo los aviones que estrenaron sus pistas los ya clásicos T-33. Posteriormente, en Octubre de 1958, llegaron los F-86F "Sabre", que compartieron la Base con los T-33, hasta Noviembre de 1970, en que ambos modelos fueron sustituidos por el actual F-5B, con el que comenzaron a impartirse los cursos de la Escuela en Septiembre de 1971. En Marzo de 1987, la Escuela de Reactores, pasa a denominarse Ala 23 de Instrucción de Caza y Ataque.

     El día se presentó despejado, y aunque a primera hora la temperatura era de 18ºC, al finalizar la jornada se alcanzaban ya los 32ºC, con una humedad en torno al 35%, lo que convirtió las escasas zonas de sombra en un bien apreciado.

    
Era una buena oportunidad para ver reunidos en un solo acto a representantes de los tres ejércitos, y aunque la representación de la Armada se limitó a un helicoptero Sea King, la del ejército de tierra fué muy completa y estuvo acompañado de diverso material. La exhibición aérea quedó en exclusiva en manos del Ejército del Aire, que nos brindó una completa relación de cualificados representantes. Como siempre, la organización fué perfecta desde el inicio, empezando por el complicado tema del acceso y aparcamiento dentro de la Base, que quedaba solucionado en pocos minutos.

    

     
      La presencia del F18 biplaza, que nos obsequió con una espléndida exhibición, propicio algunas imágenes curiosas como esta de las colas de los aviones situados en la línea de aparcamiento (En primer lugar el F-18, seguido de los F-5B), o esta siempre espectacular vista frontal.



     

 

 

 

     
     Los patas negras, anfitriones de la jornada, se marcaron dos exhibiciones que rayaron la perfección. La primera efectuada por el demostrador del Ala 23, Capitán Rivera, que exprimió al máximo las prestaciones del F-5B, y la segunda realizada por la Patrulla del Ala 23, compuesta por 4 aviones, que realizaron distintas formaciones, y participaron en el homenaje a la bandera realizado al final de la jornada.

     Además los asistentes a la exhibición, pudieron disfrutar subiendo a los dos aviones que se habían preparado, y viendo de cerca todos sus equipos y armas. Los pilotos del Ala 23 demostraron por su parte tener una paciencia digna de elogio, cualidad muy necesaria en todo piloto de combate.



     Además contamos en la jornada con la presencia del nuevo EADS/CASA C-295, uno de los nuevo helicópteros Colibri, Un Canadair CL-215, y por supuesto la Patrulla Paracaidista del Ejército del Aire (PAPEA), imprescindible en cualquier exhibición aérea que se precie.